jueves, 26 de abril de 2007

el mercado

¿Os habéis parado a pensar sobre vuestras vidas realmente?

Me sorprende cuando, al hablar con algunas personas, te das cuenta de que muchos coincidimos en lo mismo. Hablo de experiencias personales, no de dogmas aprehendidos o cultos y veneraciones adquiridas, tales como ser de izquierdas, ser creyente o ser del Real Madrid.

Es cierto, desde las experiencias personales, el ser humano tiene respuestas comunes. Obviamente, hablo en el seno de culturas parejas, de otras culturas carezco de información concluyente.

Y entonces, ¿Qué es entonces lo que nos diferencia? ¿Qué es lo que nos hace diferentes? Si pensamos de manera parecida, ¿porque algunos se salen del tiesto? ¿Por qué unos viven de una manera y otros de otra? Quede esta pregunta aquí de momento.

Si te paras a pensar en lo que es tu vida, posiblemente te sorprendas. Si piensas realmente cual es tu verdadera vida, te darás cuenta de que el mundo particular en que vives no tiene una asociación directa con lo que pensabas. Voy a analizarlo todo desde un plano material, fácilmente comprensible.

Por un lado te has dedicado posiblemente durante unos años a trabajar, a estudiar,… Y creemos que como consecuencia, esto da como resultado tener una casa, un coche, comida o cualquier otra expresión material.

Voy a enumerar las posesiones materiales para un ser humano tipo, de unos 40 y español:

- Casa
- Coche
- Electrodomésticos y muebles
- Abastecimiento de agua, luz y gas
- Caprichos caseros
- Comida
- Dinero corriente para algún vicio

Voy a describir lo que haces para poder tener estos bienes materiales, ósea, tú trabajo: Eres Informático/a que instala redes de Internet durante 10 horas al día y gana 1.500 € al mes.

¿En que consiste tu trabajo? Todos los días te levantas y vas al organismo que te toca ese día a instalar la red. Si es necesario vas a por material que no llevas en el coche a la central de tu empresa. Entre medias de tu jornada comes 3 sándwiches y bebes 2 cervezas y 2 refrescos.

No parece por tanto que haya relación entre una casa, un coche, unos electrodomésticos,… con la instalación de una red informática en el BBVA, por ejemplo.

Esto es de “pelo grullo”, lógicamente. Vivimos en una sociedad de mercado y trabajamos por dinero.

El circuito creado es: Trabajo por dinero y, con dinero pago mis posesiones.

Ósea que lo que haces en tu trabajo no esta relacionado en NADA con como vives tu vida posteriormente. Hombre, con la salvedad de que si ganaras mucho dinero instalando redes vivirías en un ático de 300 metros cuadrados en el barrio de Salamanca, con electrodomésticos Miele, posiblemente te darías de baja como socio del Aleti para darte de alta en el Madrid y conducirías un porsche, o similar. Pero, sin entrar en matices y en lo esencial, nada cambiaría. Al dar al interruptor de la luz la bombilla se enciende, en la casa de Botín o en la caravana del camping de tercera.

El circuito trabajo-pasta-posesiones se mantendría, sin tener ningún tipo de relación tu trabajo con tus posesiones como concepto, excepto en la calidad posiblemente.

La economía de mercado establece este concepto, así como la moneda de cambio que en estas latitudes es el conocido € o $.

Osease, que en este mundo en el que vives para tener una casa montas cables de Internet.

Te has preguntado además:

¿Por qué vivo en un piso cuyo precio se establece por el mercado?
¿Por qué dependo de unas compañías energéticas que me fijan el precio de mercado?
¿Por qué me desplazo en coche con precio de mercado?


A más,

¿Trabajo en lo que quiero o en lo que circunstancialmente me ha tocado y, por que el mercado me lo exige para pagar mi hipoteca?
¿Le dedico el tiempo que yo quiero al trabajo o el tiempo que me permite pagar mis gastos?
¿Vivo dónde quiero o donde el mercado me permite?

Y aún a más,

¿Cuanto vale tu trabajo? ¿Vale menos o más que otros por el mercado?
¿Cuánto vale verdaderamente hacer una casa? ¿Vale lo que ha decidido el mercado? Y así con todo.

Ósea, que trabajas remuneradamente en un trabajo que el mercado a fijado para pagar el valor que el mercado ha establecido que cuestan las cosas. Es decir, el mercado decide tu trabajo y el mercado decide cuanto ganas y donde vives.

Es gracioso, en este mundo donde todo el mundo habla de libertad y donde eres esclavo del “mercado”, en realidad nadie es verdaderamente libre, ni siquiera un poco. Podríamos hablar de la publicidad también, pero otro día la abordaremos.

Lo que ocurre es que en ocasiones personas, que han nacido en mundos parecidos y con experiencias similares, viven de una forma diferente.
Hay una serie de personas que han decidido vincular lo que necesitan para vivir con su trabajo. El ejemplo claro sería el clásico agricultor, ganadero o pastor, que trabaja para vivir como vive, menos dependiente del mercado.

Da la sensación de que hay mas libertad en este tipo de personas, que hacen una opción de vida más vinculada con lo que necesitan estrictamente para vivir frente a los que nos creamos más necesidades para vivir y, que en esta sociedad de mercado trabajamos en lo que fuere para pagar lo que nos han dicho que valen las cosas.

Falla algo, ¿no?

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Gromenólogo, acojonado con el mundo en el que vivo del que trato de salir por patas