Bienvenido al mundo real del decrecimiento, no puedo negar que me alegraré en cierta medida, porque yo, a pesar de todo, también soy humano y son demasiados los que me han negado, como también negaron a aquel, lo que en determinados momentos fue duro, aunque la verdad sea dicha, ya solo tengo vagos recuerdos de aquella actitud frente a la vida que tenía. Pero evidentemente, había de elegir finalmente y elegí el no estar subido a ese barco sin rumbo o, mejor dicho, con rumbo a la vulgaridad, que además a la postre es el del champán en el Titanic.
Pero como al parecer decía Vicente Ferrer se trata de "problemas de ricos", para los que yo estoy preparado. Para lo que no estoy preparado es para los "problemas de pobres", aún, aún,...
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