viernes, 14 de mayo de 2010


Durante tiempo escuchaba verdades. No reaccionaba. Algo me decía que faltaba algo. No me movía. Creía ser libre desplazándome donde siempre. Estaba ciego. Creía verlo todo. Faltaba algo. Necesitaba ser rotundo. Las opciones no existían. Un día y por dolor caí en algo nuevo. Y resultó casi por azar ser cierto. Al fin y por fin me di cuenta de lo cerca que estaba de la verdad. Estaba aquí y no allí como creía. Sutil diferencia.
Lástima, cambié compañía por verdad.
El camino del samurai.